Estados Unidos podrá gastar 46 millones de dólares para mejorar la base militar colombiana de Palanquero, que ambos países deben usar conjuntamente, siempre y cuando ello no implique fijar tropas permanentes, según el presupuesto de Defensa 1010 aprobado el jueves pasado por el Congreso estadunidense, el cual asciende a 680 mil millones de dólares.
Ese presupuesto, aún pendiente de firma por el presidente Barack Obama, establece entre otros temas los montos de la lucha contra el narcotráfico y la insurgencia, y asigna fondos para operaciones y construcciones militares en el extranjero, como es el caso de la base de Palanquero (180 km al oeste de Bogotá).
Los gobiernos de Obama y de Álvaro Uribe completaron en agosto un acuerdo, que despertó mucha controversia en la región, que permitirá durante diez años a Estados Unidos operar en al menos siete bases militares del país andino.
Ayer, el ministro de Defensa colombiano, Gabriel Silva, fue recibido en esta capital por su par, Robert Gates, con el que abordó la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, informó un comunicado.
En tanto, el canciller colombiano Jaime Bermúdez consideró innecesaria la recomendación de una de las altas cortes de Colombia, para que el Congreso debata el contenido del acuerdo con EU sobre las bases militares, en el entendido de que “tenemos una argumentación jurídica para sustentarlo”.
En este contexto, que llevó a Venezuela a “congelar” desde julio pasado las relaciones con Colombia, el gobierno del presidente Hugo Chávez negó el permiso de aterrizaje a un avión enviado por Colombia para recuperar los restos de ocho colombianos masacrados el fin de semana en la frontera común.
“No entendemos las razones de la negativa pero es un hecho sumamente grave”, afirmó la cancillería de Bogotá.
El hecho se conoció luego de que el presidente Uribe pidiera a su par venezolano saldar las diferencias diplomáticas y cooperar para evitar nuevos hechos como el asesinato de los ocho colombianos.
Las víctimas —en su mayoría vendedores callejeros que de esa forma sobrevivían en Venezuela— son parte de una docena de personas secuestradas el 11 de octubre en el municipio de Fernández Feo, en el estado venezolano de Táchira, mientras jugaban un partido de futbol. Autoridades de ambos países responsabilizan a grupos ilegales.
Tras la prohibición de aterrizaje, la cancillería venezolana anunció que su país se hará cargo de la repatriación, y que los cadáveres serán llevados hasta el puente internacional Simón Bolívar, en Táchira, el cual conduce a Colombia, informó la cadena estatal Venezolana de Televisión (VTV).
A la vez, el comandante de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, general Rodrigo Bohórquez, informó que su país planea lanzar un zepelín para controlar su frontera con Colombia y con ello reducir el despliegue de aviones en el área común 600 km cuya, dedicados a vigilar el accionar del narcotráfico y de grupos ilegales colombianos.
“Los radares (a sustituir) estaban sobre 20 o 25 años, no veían lo que nosotros necesitábamos ver. De ahí que nunca vimos cuando se acercaron ni cuando dispararon las bombas sobre el territorio”, dijo Bohórquez, aludiendo un ataque colombiano contra un campamento de la guerrilla FARC en Ecuador, el 1 de marzo de 2008, con saldo de 25 muertos, incluido el número dos Raúl Reyes. Tras el ataque Ecuador rompió relaciones con Colombia.
Promete no apresurar decisión sobre tropas
El presidente estadunidense Barack Obama dijo ayer tras su último consejo de guerra en Afganistán que no “precipitará” su decisión sobre si mandar decenas de miles de soldados adicionales a reforzar la ocupación, que ya lleva ocho años.
“Nunca voy a dudar para usar la fuerza para proteger al pueblo estadunidense o nuestros intereses vitales”, dijo Obama ante efectivos militares en una estación aérea naval en Florida (sur) tras un encuentro con sus consejeros en seguridad nacional.
“También les prometo esto: (...) nunca voy a precipitarme para tomar la solemne decisión de enviarlos”, agregó. “No voy a arriesgar sus vidas a menos que sea absolutamente necesario, y si es necesario, los apoyaremos”. (Washington/Agencias)
Ese presupuesto, aún pendiente de firma por el presidente Barack Obama, establece entre otros temas los montos de la lucha contra el narcotráfico y la insurgencia, y asigna fondos para operaciones y construcciones militares en el extranjero, como es el caso de la base de Palanquero (180 km al oeste de Bogotá).
Los gobiernos de Obama y de Álvaro Uribe completaron en agosto un acuerdo, que despertó mucha controversia en la región, que permitirá durante diez años a Estados Unidos operar en al menos siete bases militares del país andino.
Ayer, el ministro de Defensa colombiano, Gabriel Silva, fue recibido en esta capital por su par, Robert Gates, con el que abordó la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, informó un comunicado.
En tanto, el canciller colombiano Jaime Bermúdez consideró innecesaria la recomendación de una de las altas cortes de Colombia, para que el Congreso debata el contenido del acuerdo con EU sobre las bases militares, en el entendido de que “tenemos una argumentación jurídica para sustentarlo”.
En este contexto, que llevó a Venezuela a “congelar” desde julio pasado las relaciones con Colombia, el gobierno del presidente Hugo Chávez negó el permiso de aterrizaje a un avión enviado por Colombia para recuperar los restos de ocho colombianos masacrados el fin de semana en la frontera común.
“No entendemos las razones de la negativa pero es un hecho sumamente grave”, afirmó la cancillería de Bogotá.
El hecho se conoció luego de que el presidente Uribe pidiera a su par venezolano saldar las diferencias diplomáticas y cooperar para evitar nuevos hechos como el asesinato de los ocho colombianos.
Las víctimas —en su mayoría vendedores callejeros que de esa forma sobrevivían en Venezuela— son parte de una docena de personas secuestradas el 11 de octubre en el municipio de Fernández Feo, en el estado venezolano de Táchira, mientras jugaban un partido de futbol. Autoridades de ambos países responsabilizan a grupos ilegales.
Tras la prohibición de aterrizaje, la cancillería venezolana anunció que su país se hará cargo de la repatriación, y que los cadáveres serán llevados hasta el puente internacional Simón Bolívar, en Táchira, el cual conduce a Colombia, informó la cadena estatal Venezolana de Televisión (VTV).
A la vez, el comandante de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, general Rodrigo Bohórquez, informó que su país planea lanzar un zepelín para controlar su frontera con Colombia y con ello reducir el despliegue de aviones en el área común 600 km cuya, dedicados a vigilar el accionar del narcotráfico y de grupos ilegales colombianos.
“Los radares (a sustituir) estaban sobre 20 o 25 años, no veían lo que nosotros necesitábamos ver. De ahí que nunca vimos cuando se acercaron ni cuando dispararon las bombas sobre el territorio”, dijo Bohórquez, aludiendo un ataque colombiano contra un campamento de la guerrilla FARC en Ecuador, el 1 de marzo de 2008, con saldo de 25 muertos, incluido el número dos Raúl Reyes. Tras el ataque Ecuador rompió relaciones con Colombia.
Promete no apresurar decisión sobre tropas
El presidente estadunidense Barack Obama dijo ayer tras su último consejo de guerra en Afganistán que no “precipitará” su decisión sobre si mandar decenas de miles de soldados adicionales a reforzar la ocupación, que ya lleva ocho años.
“Nunca voy a dudar para usar la fuerza para proteger al pueblo estadunidense o nuestros intereses vitales”, dijo Obama ante efectivos militares en una estación aérea naval en Florida (sur) tras un encuentro con sus consejeros en seguridad nacional.
“También les prometo esto: (...) nunca voy a precipitarme para tomar la solemne decisión de enviarlos”, agregó. “No voy a arriesgar sus vidas a menos que sea absolutamente necesario, y si es necesario, los apoyaremos”. (Washington/Agencias)
Milenio, 27 de octubre.
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