La policía detuvo este jueves a 28 militantes de Greenpeace tras una operación de la organización ecologista en el palacio de Christiansborg, donde trataron de asistir a la cena real ofrecida a más de 100 jefes de Estado y de gobierno participantes en la cumbre del clima en Copenhague.
Tres militantes fueron arrestados dentro del castillo, 19 en los alrededores y seis más en un puente cercano que lleva a la isla de Amager, indicó la policía.
Dos de los tres miembros de Greenpeace detenidos en el interior del recinto lograron penetrar en el vestíbulo vestidos de etiqueta en momentos en que los dirigentes llegaban a la cena organizada por la reina Margrethe II, en vísperas de la clausura de la conferencia.
En ese lugar los militantes, un hombre vestido con un esmoquin y una mujer con un vestido de noche rojo, exhibieron ante los fotógrafos y las cámaras de televisión pancartas en las que podía leerse: “Politicians talk-Leaders act” (los políticos hablan-los líderes actúan).
Los ecologistas entraron en el palacio sin ser controlados junto a los primeros invitados, menos de una hora antes de que comenzara la cena, pero no lograron jamás entrar en la sala donde sería servida.
Su convoy, compuesto por tres vehículos, había llegado poco antes de la secretaria estadunidense de Estado, Hillary Clinton.
La policía de Copenhague dijo que se investiga cómo los activistas de Greenpeace lograron burlar los controles. La organización ecologista proyectó igualmente mensajes en inglés, francés y alemán sobre los muros del palacio y del edificio donde se encuentran las oficinas del primer ministro danés en el centro de la capital, según un comunicado de la organización ecologista.
Greenpeace se manifestó así luego de la reducción de las acreditaciones a las ONG a la conferencia, que bajó de 7 mil a sólo 700 para este jueves. “¿Cómo pueden decidir sin nosotros”, señalaban unos carteles pegados en los pasillos reservados a estos organismos y a las asociaciones humanitarias de las Naciones Unidas.
Tres militantes fueron arrestados dentro del castillo, 19 en los alrededores y seis más en un puente cercano que lleva a la isla de Amager, indicó la policía.
Dos de los tres miembros de Greenpeace detenidos en el interior del recinto lograron penetrar en el vestíbulo vestidos de etiqueta en momentos en que los dirigentes llegaban a la cena organizada por la reina Margrethe II, en vísperas de la clausura de la conferencia.
En ese lugar los militantes, un hombre vestido con un esmoquin y una mujer con un vestido de noche rojo, exhibieron ante los fotógrafos y las cámaras de televisión pancartas en las que podía leerse: “Politicians talk-Leaders act” (los políticos hablan-los líderes actúan).
Los ecologistas entraron en el palacio sin ser controlados junto a los primeros invitados, menos de una hora antes de que comenzara la cena, pero no lograron jamás entrar en la sala donde sería servida.
Su convoy, compuesto por tres vehículos, había llegado poco antes de la secretaria estadunidense de Estado, Hillary Clinton.
La policía de Copenhague dijo que se investiga cómo los activistas de Greenpeace lograron burlar los controles. La organización ecologista proyectó igualmente mensajes en inglés, francés y alemán sobre los muros del palacio y del edificio donde se encuentran las oficinas del primer ministro danés en el centro de la capital, según un comunicado de la organización ecologista.
Greenpeace se manifestó así luego de la reducción de las acreditaciones a las ONG a la conferencia, que bajó de 7 mil a sólo 700 para este jueves. “¿Cómo pueden decidir sin nosotros”, señalaban unos carteles pegados en los pasillos reservados a estos organismos y a las asociaciones humanitarias de las Naciones Unidas.
AFP y DPA, La Jornada, 18 de diciembre.
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