El producto interno bruto de México se desplomará 8 por ciento en 2009, estimó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
El organismo señaló que las estimaciones negativas son consecuencia de los estrechos lazos de dependencia comercial y económica con Estados Unidos, más el impacto de la influenza.
De acuerdo con estas estimaciones, la caída en la actividad económica sería la más grave desde la crisis de 1995, cuando el PIB de México se contrajo 6.2 por ciento, y es más profunda que la proyectada por el gobierno mexicano, que situó el impacto en -5.5 por ciento.
Durante la presentación del Panorama Económico Mundial, la economista para México de la OCDE, Tonje Lauritzen, previó que pese a que los escenarios tristes quedaron atrás, en México no hay mucho que pueda suceder en el segundo semestre del año.
Tonje precisó que la recuperación económica se dará de lleno en 2010, en el que se espera un crecimiento en el PIB de 2.8 por ciento debido a las políticas económicas y monetarias, además de los estímulos fiscales que el gobierno ha ejercido.
Señaló que aunque el margen para un mayor estímulo es remoto, México no debe precipitarse en la consolidación fiscal y con ello agravar la recesión innecesariamente, por lo que se deberá instrumentar una estrategia presupuestaria de mediano plazo.
Sin embargo, consideró que en materia de desempleo las cifras se seguirán agudizando en los próximos dos años, lo que repercutirá en el rezago de algunas actividades económicas.
La economista detalló que al cierre de este año la tasa de desocupación será de 5.7 por ciento, mientras que para 2010 podría alcanzar niveles de hasta 7 por ciento.
Esperan nuevos “temblores”
Por su parte, el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, comentó que no se pueden descartar nuevos “temblores” en el área financiera, y recalcó que debido al agudo endeudamiento de los gobiernos existe el riesgo de que los mercados reaccionen negativamente.
“Gracias a las acciones firmes para estimular las economías, parece que escapamos de lo peor de la crisis; pero los siguientes meses serán igualmente un reto”, explicó el titular del organismo.
El ex secretario de Hacienda de México añadió que es necesario tener un plan claro y creíble y una estructura de tiempo para encontrar las
fases de medidas de emergencia para la recuperación económica.
“Es de vital importancia considerar estas estrategias para dejar la crisis atrás y prevenir nuevos riesgos en los próximos años”, dijo Gurría.
El organismo pronosticó que en 2009 la inflación se ubicará en un rango de 5.4 por ciento, para que hacia el próximo año la variable converja en su meta oficial de 3 por ciento.
El investigador del Tec, José Luis de la Cruz, sostuvo que la gran incógnita es el sector financiero y aunque los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Europea trataron de apuntalarlo, existe una burbuja latente que supera el tamaño de la economía real.
“De tener éxito las medidas que aplicaron esas naciones, presenciaremos en 2010 una marginal recuperación porque no existirá liquidez ni mayores recursos; en caso de que ocurra lo contrario, el colapso será de una envergadura nunca antes vista”, dijo el economista.
El organismo señaló que las estimaciones negativas son consecuencia de los estrechos lazos de dependencia comercial y económica con Estados Unidos, más el impacto de la influenza.
De acuerdo con estas estimaciones, la caída en la actividad económica sería la más grave desde la crisis de 1995, cuando el PIB de México se contrajo 6.2 por ciento, y es más profunda que la proyectada por el gobierno mexicano, que situó el impacto en -5.5 por ciento.
Durante la presentación del Panorama Económico Mundial, la economista para México de la OCDE, Tonje Lauritzen, previó que pese a que los escenarios tristes quedaron atrás, en México no hay mucho que pueda suceder en el segundo semestre del año.
Tonje precisó que la recuperación económica se dará de lleno en 2010, en el que se espera un crecimiento en el PIB de 2.8 por ciento debido a las políticas económicas y monetarias, además de los estímulos fiscales que el gobierno ha ejercido.
Señaló que aunque el margen para un mayor estímulo es remoto, México no debe precipitarse en la consolidación fiscal y con ello agravar la recesión innecesariamente, por lo que se deberá instrumentar una estrategia presupuestaria de mediano plazo.
Sin embargo, consideró que en materia de desempleo las cifras se seguirán agudizando en los próximos dos años, lo que repercutirá en el rezago de algunas actividades económicas.
La economista detalló que al cierre de este año la tasa de desocupación será de 5.7 por ciento, mientras que para 2010 podría alcanzar niveles de hasta 7 por ciento.
Esperan nuevos “temblores”
Por su parte, el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, comentó que no se pueden descartar nuevos “temblores” en el área financiera, y recalcó que debido al agudo endeudamiento de los gobiernos existe el riesgo de que los mercados reaccionen negativamente.
“Gracias a las acciones firmes para estimular las economías, parece que escapamos de lo peor de la crisis; pero los siguientes meses serán igualmente un reto”, explicó el titular del organismo.
El ex secretario de Hacienda de México añadió que es necesario tener un plan claro y creíble y una estructura de tiempo para encontrar las
fases de medidas de emergencia para la recuperación económica.
“Es de vital importancia considerar estas estrategias para dejar la crisis atrás y prevenir nuevos riesgos en los próximos años”, dijo Gurría.
El organismo pronosticó que en 2009 la inflación se ubicará en un rango de 5.4 por ciento, para que hacia el próximo año la variable converja en su meta oficial de 3 por ciento.
El investigador del Tec, José Luis de la Cruz, sostuvo que la gran incógnita es el sector financiero y aunque los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Europea trataron de apuntalarlo, existe una burbuja latente que supera el tamaño de la economía real.
“De tener éxito las medidas que aplicaron esas naciones, presenciaremos en 2010 una marginal recuperación porque no existirá liquidez ni mayores recursos; en caso de que ocurra lo contrario, el colapso será de una envergadura nunca antes vista”, dijo el economista.
Alberto Verdusco, Milenio, 25 de junio.
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