Es muy preocupante el esquema de monitoreo de promocionales políticos utilizado por el Instituto Federal Electoral (IFE), coincidieron los partidos tras la experienca de las campañas y las elecciones pasadas, y cuando se ha entrado en la etapa final del proceso electoral.
Las valoraciones en torno al modelo de comunicación política y en particular sobre al monitoreo de los promocionales no benefician al IFE.
En una reciente reunión del Comité de Radio y Televisión, si bien se valoró el nuevo esquema de comunicación, se definió como “vergonzoso” el saldo del monitoreo del IFE, por su ineficiencia.
Cuando se realizó el balance para explicar no sólo lo sucedido en el proceso federal y los comicios locales, las críticas descalificaron el esquema que implicó una inversión de más de 400 millones de pesos. Todo ello, para concluir, como lo señaló el Partido del Trabajo en la reunión, “que le fue mejor al grupo Ibope en 2006 y eso que estuvo de la patada”.
Como se recordará, el monitoreo realizado por Ibope en 2006 favoreció el escándalo relacionado con los 270 mil promocionales presuntamente no reportados de los partidos políticos. La reforma electoral entregó la responsabilidad plena al IFE de operar en su totalidad el nuevo modelo de comunicación política sustentado exclusivamente en los tiempos del Estado.
En esta ocasión, con la responsabilidad plena de administrar los promocionales de las campañas electorales y monitorear su transmisión, en el balance de los partidos, el denominado Sistema Administración de los Tiempos del Estado sencillamente no funcionó –en el balance partidista– y no ha arrojado hasta ahora ni un solo informe que dé cuenta del balance de transmisión de anuncios, principalmente a nivel de los estados.
Las valoraciones en torno al modelo de comunicación política y en particular sobre al monitoreo de los promocionales no benefician al IFE.
En una reciente reunión del Comité de Radio y Televisión, si bien se valoró el nuevo esquema de comunicación, se definió como “vergonzoso” el saldo del monitoreo del IFE, por su ineficiencia.
Cuando se realizó el balance para explicar no sólo lo sucedido en el proceso federal y los comicios locales, las críticas descalificaron el esquema que implicó una inversión de más de 400 millones de pesos. Todo ello, para concluir, como lo señaló el Partido del Trabajo en la reunión, “que le fue mejor al grupo Ibope en 2006 y eso que estuvo de la patada”.
Como se recordará, el monitoreo realizado por Ibope en 2006 favoreció el escándalo relacionado con los 270 mil promocionales presuntamente no reportados de los partidos políticos. La reforma electoral entregó la responsabilidad plena al IFE de operar en su totalidad el nuevo modelo de comunicación política sustentado exclusivamente en los tiempos del Estado.
En esta ocasión, con la responsabilidad plena de administrar los promocionales de las campañas electorales y monitorear su transmisión, en el balance de los partidos, el denominado Sistema Administración de los Tiempos del Estado sencillamente no funcionó –en el balance partidista– y no ha arrojado hasta ahora ni un solo informe que dé cuenta del balance de transmisión de anuncios, principalmente a nivel de los estados.
Alonso Urrutia, La Jornada, 10 de agosto.
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