En la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) se requiere dar continuidad al trabajo realizado en los pasados ocho años, con énfasis en la autonomía del organismo, porque “eso es lo que piden las organizaciones de la sociedad civil”, afirmó Patricia Colchero Aragonés, aspirante a ser la nueva ombudsman capitalina a partir de octubre próximo.
En entrevista con La Jornada la maestra en estudios políticos y sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México señaló que también es necesario fortalecer los mecanismos de interlocución con autoridades y organizaciones civiles, para fomentar una mayor coordinación, pero sin sujeciones, porque “rompería el principio de independencia”.
Hasta hace unos días colaboradora del titular de la CDHDF, Emilio Álvarez Icaza, como encargada de las direcciones de Seguimiento de Recomendaciones y Quejas y Orientación, además de segunda visitadora, Colchero Aragonés afirmó que “tengo los conocimientos, las capacidades para poder dirigir la comisión y el perfil para poderlo hacer”, esto en respuesta a las voces que la identifican como candidata del actual presidente del organismo.
Destacó que su candidatura es apoyada por 30 organizaciones de la sociedad civil, y “si yo fuera nada más la aspirante del presidente de la comisión, dirían ‘no tiene ni trayectoria ni experiencia ni nos representa’”.
También rechazó que haya sido oneroso gastar más de 265 millones de pesos de recursos públicos en la compra y remodelación de la nueva sede de la comisión, pues afirmó que “fue un dinero absolutamente bien invertido, ya que se garantiza un trato digno a las víctimas”.
Frente a críticas de víctimas del operativo en la discoteca News Divine, donde murieron 12 personas, y los niños desaparecidos del albergue Casitas del Sur –quienes se han quejado de falta de apoyo de la institución y de que se encubre a autoridades capitalinas–, Colchero defendió lo hecho por el organismo en ambos casos y justificó: “el dolor es grande y las víctimas necesitan respuestas contundentes, pero nosotros hicimos un acompañamiento durante mucho tiempo y permanente. La comisión se pronunció y creo que hizo un excelente trabajo”.
Dijo que entre los retos que enfrentará el nuevo ombudsman capitalino será establecer mecanismos que permitan dar cumplimiento de “manera inteligente” al programa de derechos humanos de la ciudad, acercar la comisión a la ciudadanía y dar atención más especializada a los peticionarios.
Asimismo, se pronunció por lograr una mayor coordinación con la Comisión Nacional de Derechos Humanos, para lograr una agenda articuladora, hacer iniciativas conjuntas, lo que podría dar un mayor dinamismo al sistema de los organismos públicos defensores de los derechos humanos.
En entrevista con La Jornada la maestra en estudios políticos y sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México señaló que también es necesario fortalecer los mecanismos de interlocución con autoridades y organizaciones civiles, para fomentar una mayor coordinación, pero sin sujeciones, porque “rompería el principio de independencia”.
Hasta hace unos días colaboradora del titular de la CDHDF, Emilio Álvarez Icaza, como encargada de las direcciones de Seguimiento de Recomendaciones y Quejas y Orientación, además de segunda visitadora, Colchero Aragonés afirmó que “tengo los conocimientos, las capacidades para poder dirigir la comisión y el perfil para poderlo hacer”, esto en respuesta a las voces que la identifican como candidata del actual presidente del organismo.
Destacó que su candidatura es apoyada por 30 organizaciones de la sociedad civil, y “si yo fuera nada más la aspirante del presidente de la comisión, dirían ‘no tiene ni trayectoria ni experiencia ni nos representa’”.
También rechazó que haya sido oneroso gastar más de 265 millones de pesos de recursos públicos en la compra y remodelación de la nueva sede de la comisión, pues afirmó que “fue un dinero absolutamente bien invertido, ya que se garantiza un trato digno a las víctimas”.
Frente a críticas de víctimas del operativo en la discoteca News Divine, donde murieron 12 personas, y los niños desaparecidos del albergue Casitas del Sur –quienes se han quejado de falta de apoyo de la institución y de que se encubre a autoridades capitalinas–, Colchero defendió lo hecho por el organismo en ambos casos y justificó: “el dolor es grande y las víctimas necesitan respuestas contundentes, pero nosotros hicimos un acompañamiento durante mucho tiempo y permanente. La comisión se pronunció y creo que hizo un excelente trabajo”.
Dijo que entre los retos que enfrentará el nuevo ombudsman capitalino será establecer mecanismos que permitan dar cumplimiento de “manera inteligente” al programa de derechos humanos de la ciudad, acercar la comisión a la ciudadanía y dar atención más especializada a los peticionarios.
Asimismo, se pronunció por lograr una mayor coordinación con la Comisión Nacional de Derechos Humanos, para lograr una agenda articuladora, hacer iniciativas conjuntas, lo que podría dar un mayor dinamismo al sistema de los organismos públicos defensores de los derechos humanos.
Alejandro Cruz Flores, La Jornada, 10 de agosto.
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