El senador del PRD Graco Ramírez —negociador de su bancada en la reforma petrolera— negó se un traidor como lo sostienen los seguidores de Andrés Manuel López Obrador.
En conferencia de prensa, el legislador indicó que por su parte, ya le dio la vuelta a la página de la confrontación entre los senadores que aprobaron la reforma y la corriente de López Obrador, e incluso ya le envió al ex candidato presidencial una carta “privada” en la que le explica su actitud.
El senador por Morelos indicó que México parece el país de las maravillas, porque Felipe Calderón dice que ganó cuando de su iniciativa no quedó prácticamente nada y López Obrador dice que perdió cuando en la reforma se incluyeron prácticamente todas sus propuestas.
Añadió: “creo que ganamos un proyecto contra la privatización, tan contundente y tan claro, que si el problema fueran unas cuantas palabras, compañeros, pues entonces las reformas serían cuantas palabras, y fueron muchas leyes, fueron nueve leyes”.
La legislación, dijo, está clara, lo he repetido y lo he explicado con mucha precisión: la reforma al artículo quinto que hicimos a la Ley Reglamentaria del 27 y los artículos 60 y 61 de la Ley de Pemex se establece que no hay contratos incentivados ni asignación de bloques o de áreas.
Y enfatizó: “no soy traidor, nunca he traicionado mis convicciones; el trabajo está ahí, en la reforma no hay ninguna traición y me pareció un exceso que se dijera ayer que quien votara a favor en la Cámara de Diputados lindaba el campo de los traidores”.
No hay traición en los perredistas, porque la mayoría somos los que hicimos la reforma y la apoyamos, no podíamos dejar de apoyar lo que habíamos hecho nosotros, enfatizó.
Graco Ramírez consideró que es momento de que en el PRD todo mundo recapacite y que todos tengamos la suficiente madurez para poder entendernos y salir adelante.
Él requiere al PRD y el PRD requiere a López Obrador. Pero como estamos, nos adulamos unos a otros, y creo que eso no es lo mejor, porque nos ve la gente como esquizofrénicos, remarcó.
En conferencia de prensa, el legislador indicó que por su parte, ya le dio la vuelta a la página de la confrontación entre los senadores que aprobaron la reforma y la corriente de López Obrador, e incluso ya le envió al ex candidato presidencial una carta “privada” en la que le explica su actitud.
El senador por Morelos indicó que México parece el país de las maravillas, porque Felipe Calderón dice que ganó cuando de su iniciativa no quedó prácticamente nada y López Obrador dice que perdió cuando en la reforma se incluyeron prácticamente todas sus propuestas.
Añadió: “creo que ganamos un proyecto contra la privatización, tan contundente y tan claro, que si el problema fueran unas cuantas palabras, compañeros, pues entonces las reformas serían cuantas palabras, y fueron muchas leyes, fueron nueve leyes”.
La legislación, dijo, está clara, lo he repetido y lo he explicado con mucha precisión: la reforma al artículo quinto que hicimos a la Ley Reglamentaria del 27 y los artículos 60 y 61 de la Ley de Pemex se establece que no hay contratos incentivados ni asignación de bloques o de áreas.
Y enfatizó: “no soy traidor, nunca he traicionado mis convicciones; el trabajo está ahí, en la reforma no hay ninguna traición y me pareció un exceso que se dijera ayer que quien votara a favor en la Cámara de Diputados lindaba el campo de los traidores”.
No hay traición en los perredistas, porque la mayoría somos los que hicimos la reforma y la apoyamos, no podíamos dejar de apoyar lo que habíamos hecho nosotros, enfatizó.
Graco Ramírez consideró que es momento de que en el PRD todo mundo recapacite y que todos tengamos la suficiente madurez para poder entendernos y salir adelante.
Él requiere al PRD y el PRD requiere a López Obrador. Pero como estamos, nos adulamos unos a otros, y creo que eso no es lo mejor, porque nos ve la gente como esquizofrénicos, remarcó.
José Contreras, Crónica, 30 de octubre.
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