Llama Calderón a un debate de altura en campañas de 2009

De cara a los comicios de 2009, el presidente Felipe Calderón hizo un llamado para evitar divisiones en torno a los procesos electorales.

"Es cierto que en el proceso electoral para renovar la Cámara de Diputados el próximo año viviremos momentos que propician más las divergencia y los contrastes que las coincidencias", dijo.

Sin embargo, acotó, la democracia no es sinónimo de uniformidad ni tampoco de división o fractura insuperable, "es contraste de ideas y propuestas en cuya dialéctica tiene que encontrar el ciudadano la orientación para definir y decidir el camino del bien común nacional".

En el marco de la celebración de su segundo año de administración, el Ejecutivo federal aludió a lo que denominó "un renovado clima de colaboración y cooperación" a través del cual se han tomado decisiones trascendentales para el país.

Tras señalar que la pluralidad mexicana se ha convertido en una verdadera fortaleza democrática, "como debe ser", el mandatario mencionó que muestra de ello es haber realizado la reforma electoral, "que nos permitió recuperar consensos básicos y ha reconstruido los acuerdos fundamentales sobre las reglas del juego electoral".

En el patio central de Palacio Nacional, arropado por la familia panista, miembros de su gabinete legal y ampliado, dijo que "gracias a la visión y altura de miras de los distintos partidos políticos y actores sociales, los mexicanos hemos sido capaces de impulsar una agenda de transformaciones estructurales".

Para Calderón, la clave no es renunciar a las propias ideas ni a la legítima búsqueda del apoyo ciudadano: "la clave es entender que por encima de las diferencias está el interés de la patria, que por encima de las discrepancias está nuestra coincidencia medular, que es el bien de México y de los mexicanos".

Demandó a los actores políticos y sociales "un debate responsable y de altura, como el que ha tenido el Congreso en la mayoría de sus integrantes, es lo que la nación necesita".

Subrayó que la construcción de acuerdos entre partidos y legisladores, ha sido fruto de la voluntad política, generosa y patriótica de quienes, por encima de sus legítimos intereses sectoriales, sindicales o partidarios, han sido capaces de anteponer el supremo interés de la nación.

Cecilia Téllez Cortés, Crónica, 1 de diciembre.