IMAGEN PÚBLICA: ¿POR QUÉ NO TE CALLAS? 10. EPÍLOGO PROVISIONAL.

Como señalamos en la Presentación, los últimos seis comentarios, 5.08% de los 118 sistematizados, son considerados como un “Epílogo Provisional”, es decir, como parte de los escenarios que, eventualmente, podrían presentarse a propósito del diferendo entre Chávez y el Rey Juan Carlos.

Algo me dice, don Juan Carlos, que al llegar a Madrid de regreso de Chile, lo primero que le dijo doña Sofía, que es una Reina en todo el sentido de la palabra, fue preguntarle por qué había perdido así la compostura. Espero, de todo corazón, su majestad, que no le haya callado con la autoridad que sabe emplear en momentos de irritación y que le haya dicho: "¿Sabes, mi reina, en el fondo, reconozco que debí haberme controlado y dejar que Chávez siguiera exponiéndose como suele hacer...".
Guadalupe Loaeza, Reforma, 13 de noviembre.

Dice el ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, que él confía en que la "normalidad diplomática" con Venezuela, tras el incidente entre el rey Juan Carlos y el presidente Hugo Chávez en la Cumbre Iberoamericana realizada en Chile, se recuperará en un "corto" espacio de tiempo.
Um, dicen, esta columna propone que el "exabrupto" real se lo achaquen al "cambio climático", y ai muera el diferendo...; total, echarle la culpa al clima (y a la luna) ha dado resultados, se limpia la imagen...
Eva Makívar, “La creme de la creme”, El Financiero, 15 de noviembre.

A pesar de que los pacifistas y la corrección política no se hartan de explicarnos que toda guerra es producto de la estupidez humana, por lo menos nos quedaba el consuelo de que su origen tenía cierta justificación en las ambiciones económicas, la avaricia monetaria, la rapiña geopolítica o las puras ganas de joder. Sin embargo, si por culpa de este jaloneo de trenzas entre Hugo Chávez (ya exige unas disculpas muy monárquicas a riesgo de nacionalizar todo chiringuito made in Spain) y don Juan Carlos (como se siente el Rey Sol, Carlos V y Luismirrey al mismo tiempo ya se puso cual jarrito de Tlaquepaque), sería muy pinchi chato que el Apocalipsis región 4 que se desate se le atribuya a José María Aznar. Digo, ya me imagino a los futuros historiadores pitorreándose de nosotros por autodestruirnos por culpa de Chema que, al final, declarará como hizo al Wall Street Journal en 1997: “¡Yo soy el milagro!”, con el mismo talante con el que enviaba tropas al matadero de Irak que luego hizo esquina con Atocha.
Jairo Calixto Albarrán, “Política Cero”; Milenio, 15 de noviembre.

Aunque al rey de España todos le ceden el paso, nadie come antes que él en la mesa, no lleva dineros en el bolsillo pues no tiene que pagar nada y goza de muchos privilegios de su majestad, nadie puede objetar que fue ratificado por la inmensa mayoría de los españoles, no por la gracia de Dios, sino por la Constitución democrática que ha permitido tal clima de libertad que incluso ha tenido como jefe de gobierno a José María Aznar. Se nos olvidaba que un Borbón también es de carne y hueso, que se puede aburrir en un concierto y desesperar ante un imbécil, al grado incluso de interrumpir él mismo las ordenadas palabras que expresaba en ese momento el presidente de su país.
Jorge Hernández, “Agua de Azar”, Milenio, 15 de noviembre.

De ahí que Aznar haya sido el pretexto de Chávez para provocar al rey. Lo grave fue la incapacidad política del presidente español Zapatero, cuya tibieza fue sustituida por el enojo del rey Juan Carlos y su "¿por qué no te callas?" Inclusive, el monarca español estalló pero no explotó. Periodistas españoles dicen que hay expresiones en Madrid que pueden sonar ofensivas y que no lo son. La verdadera frase es: "¡cállate la puta boca!" Pero el rey Juan Carlos se vio comedido sólo al pedirle a Chávez que se callara, pues el presidente venezolano llevaba más de 15 minutos con una perorata que los venezolanos tienen que escucharla sin chistar. Como Castro, Chávez es un político enamorado de su propia voz. Por eso los dos padecen la neurosis del micrófono.
De ahí que el conflicto Chávez-Juan Carlos tenga que ver con una agenda particular de Venezuela con España y la intención de Chávez de ampliar la penetración iraní y china en América Latina ante el interés sólo económico de Europa y la apatía de Washington. Lo que viene, por tanto, será en este contexto. Y Chávez pondrá la expresión del rey Juan Carlos como punto de ruptura con España. Pero será un mero pretexto.
Carlos Ramírez, “Indicador Político”, El Financiero, 16 de noviembre.

10. El episodio de Santiago no es “un desencuentro”, como pretende la prensa española, que busca minimizar lo acontecido, sino un punto de partida para una nueva relación de los pueblos de América Latina con España, que debe partir de otra concepción: un verdadero parteaguas, gracias a Su Maje
Luis Javier Garrido, La Jornada, 16 de noviembre.

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